Casco de Senna (Imagen obtenida en internet) |
El 3 de junio de 1984 el GP de Mónaco, la sexta prueba del
calendario, arrancó en medio de una
fuerte lluvia que no pararía a lo largo de toda la carrera. Alain Prost con el
McLaren-TAG motor Porsche ocupaba la pole, Nigel Mansell salía segundo con
Lotus.
Era un día infernal para los pilotos aunque garantizaba
“chapa” a los espectadores. Repasar la carrera y ver las medidas de seguridad
de la época, con coches abandonados en los inexistentes arcenes de un circuito
como Mónaco, pone los pelos de punta. Comparar estas condiciones con las que
provocaron la suspensión de la calificación del pasado fin de semana en
Australia es una broma y que conste que no estoy a favor de que las carreras se
conviertan en una ruleta rusa jugando con la integridad de los pilotos. Creo
que el espectáculo no debe incorporar más riesgos que los inherentes a la
propia competición pero si éstos se encuentran dentro de los márgenes, hemos
venido a correr, cuando vayamos a setas, iremos a setas.
En la vuelta 11 de carrera, Mansell adelantaba a Prost para
colocarse líder apenas cinco vueltas, las que tardó en tener un accidente, sin
consecuencias, y quedar fuera.
A estas alturas, un debutante en el campeonato esta
temporada que había arrancado en décimo tercera posición con su Toleman-Hart,
era ya tercero, detrás de los dos McLarens. En la vuelta 19, el Toleman pasaba
a Niki Lauda, casi nadie al aparato, que había protagonizado ya un
adelantamiento al Ferrari de Alboreto en Loews, sí, ahí, donde no se puede
adelantar, de los que a la postre dan un mundial como el que se adjudicaría
Lauda al final de la temporada aunque en esta ocasión el adelantamiento no le
reportaría nada ya que a las pocas vueltas, también él sufriría un accidente y
abandonaba.
Después de adelantar a Lauda, el debutante reducía cuatro
segundos por vuelta la diferencia con Prost que comenzó siendo de medio minuto.
En la vuelta 32, Jacky Ickx, director de carrera, detuvo la prueba,
que ya no volvió a reanudarse. El cabreo del novato fue importante. A la estela
ya de Prost y con una progresión que le garantizaba el primer puesto en el
cajón, no le hizo precisamente feliz la decisión. Supongo que “A Dios puso por
testigo…” y comenzó su duelo permanente con “el profesor”. También aquí comenzó su leyenda sobre el agua,
leyenda que se amplió en Estoril y Spa la temporada siguiente.
El osado rookie se llamaba Ayrton Senna da Silva aunque
desde ese día pasó a ser Magic Senna. Esta semana, concretamente el jueves 21,
Magic para los amigos hubiese
cumplido 53 años.
Haberle visto correr en Estoril en los ochenta cuando una de
las fórmulas teloneras era la Copa Visa
GTI, hay que recordar que Visa no era solo una tarjeta de crédito, sino un
modelo de Citröen, es una de las pequeñas muescas que te puedes permitir a
cierta edad, no todo van a ser inconvenientes, aunque gracias a YouTube nos
podemos desplazar a casi cualquier
prueba del pasado y disfrutar del mago en Toleman, Lotus, McLaren o Williams,
escuderías en las que militó hasta su fatal accidente en el GP de San Marino el
1 de mayo de 1994 cuando lideraba la carrera.
Como todos los deportes de riesgo, el automovilismo también
tiene a sus mártires y Senna tuvo la desgracia de morir en la plaza aunque al
menos nos dejó un legado importante, su gran involucración para mejorar las
medidas de seguridad. Ese fin de semana, ese Gran Premio, finalizó con dos
pilotos fallecidos, el debutante en la temporada, Roland Ratzenberger y el
propio Senna. Fueron los últimos y ojalá esta afirmación sea definitiva y
categórica.
Otra de sus herencias, no sé si marcada precisamente por esta tragedia,
fue la de dejar huella en una generación que disfrutaba por encima de una
Barsa-Madrid de una carrera en agua, con mucha agua y si era sobre Mónaco,
mejor. Quizá por eso no soy capaz de explicar cuando me preguntan que por qué
apuesto este fin de semana en Malasia por la lluvia. El Ferrari no es el
Toleman pero cuando las mecánicas no están igualadas quiero que las carreras se
ganen por coraje y es aquí donde encuentro las mayores similitudes entre Senna
y Alonso. Si hay agua estoy seguro que a coraje no nos ganan porque Red Bull te
da alas, no coraje.Enlace al artículo en www.elperiodicoextremadura.com
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