jueves, 29 de marzo de 2012

Centenario del fallecimiento de Scott

Robert Falcon Scott


Hoy día 29 de marzo de 2012 (fecha de la última entrada en su diario)  se cumple el centenario de la muerte de Robert Falcon Scott, explorador.

Hacía mucho tiempo que no utilizaba esta denominación: "explorador" pero creo que es la mejor definición para un hombre que falleció joven, con 44 años durante el heroico regreso de su segunda expedición a la Antártida, marcada por el "fracaso" de ésta al alcanzar su destino apenas un mes después de que lo hiciera el noruego Amundsen.
Al margen del análisis más o menos crítico sobre las decisiones que pudieron marcar el signo de la expedición, referidas a aspectos como la selección de los animales de tiro (ponies y humanos en el caso de Scott frente a los perros de Amundsen), el equipo de protección contra el frío, los errores en la navegación del buque Terra Nova... la misión alcanzó el Polo Sur el 17 de enero y comenzaba el verdadero calvario, regresar.

El descubrimiento de los expedicionarios fallecidos y el diario del viaje el 12 de noviembre de ese mismo año convierte en épica la misión. La frialdad con la que se enfrentan a la muerte, la renuncia voluntaria a ser un lastre para el equipo, la entereza con la que Scott escribe "a su viuda", ... convierten a sus miembros en verdaderos héroes.

Homenaje en el lugar en que fueron encontrados Wilson, Bowers y Scott


Plantearse un reto de similares características con la tecnología de hace cien años no deja de producirme escalofríos.



Homenaje de Mecano a la expedición:


sábado, 3 de marzo de 2012

Tengo quince años y no quiero morir

Portada del libro
El 19 de marzo de 1944, los nazis ocupan Hungría, tras descubrir que su aliado desde 1941 está negociando a sus espaldas la rendición a los soviéticos.
Entre el 29 de diciembre de 1944 y el 13 de febrero de 1945, el ejército ruso sitia Budapest y la población civil sufre las consecuencias de la invasión nazi, así como las barbaridades cometidas por el supuesto ejército libertador soviético.

Christine Arnothy, nacida en Budapest en 1930,  tiene quince años y describe la vida en un sótano donde se refugia con sus padres y otros vecinos mientras en la superficie se enfrentan el ejército alemán y húngaro contra las tropas rusas.

La muerte, el hambre, las relaciones humanas y la dureza del día a día a través de los ojos de una joven de quince años que se crece sin poder disfrutar de las sensaciones propias de una una adolescente desgarran más que la cruda y simple descripción de la más terrible y universal de las guerras vividas hasta ahora.

El período de lucha es solo una pequeña parte del horror. La victoria del ejército soviético supone el inicio de la instauración de un régimen que significa la salida de la ciudad hacia el campo de la familia y tres años después la huida a Viena.

La autora novela diez años después sus diarios en esta obra, con la que obtiene el reconocimiento internacional, hasta llegar a ser comparada con el "Diario de Anna Frank", paralelismo que ella misma se encarga de diferenciar por dos aspectos: por un lado al no ser judía y por otro, por haber podido sobrevivir a la guerra.

"Tengo quince años y no quiero morir"
Christine Arnothy
Ed. Barril & Barral
132 páginas