A7 Sportback |
Durante diez años he estado y espero encontrarme solo al
menos en la mitad del periplo, vinculado al mundo de la competición del motor.
Y esto es solo la culminación de muchos más años fascinado por las dos, cuatro
e incluso tres ruedas, en casi todas sus versiones. Las que se utilizan para
desplazarse por la superficie y las que solo lo hacen para despegar y
aterrizar.
Por eso quizá nunca he sentido demasiada atracción hacia los
coches cuyo concepto se acerca más a la filosofía de viajar dentro del salón de
una vivienda. Los años, la aceptación de otros conceptos del automóvil y el
peso de la evidencia, al final producen sus efectos.
Esta introducción puede también entenderse como un discurso de justificación. En pasadas fechas, desde el departamento de prensa de Audi España se pusieron en contacto con nosotros para ofrecernos probar un A7 Sportback TDI 3.0 con 204Cv y tracción delantera.
Esta introducción puede también entenderse como un discurso de justificación. En pasadas fechas, desde el departamento de prensa de Audi España se pusieron en contacto con nosotros para ofrecernos probar un A7 Sportback TDI 3.0 con 204Cv y tracción delantera.
Supongo que mi curriculum pesó en la adjudicación de la
tarea. De toda la logística necesaria, así como de ofrecer las facilidades
máximas para llevar a cabo la prueba, se encargó el concesionario oficial Audi
en Cáceres, Santano Automoción.
Por delante, una semana de prueba.
Con una estética muy coupé heredada del A5 pero en su
versión cinco puertas, por el A7 parece que no han pasado sus más de dos años
desde el lanzamiento. Es un coche que sigue llamando la atención por su
personalidad estética. Pero no es este ni el medio ni el fin.
Aunque sea a partir de 61.000€, algo que suele poner el
nivel de exigencia muy alto antes de la prueba, hay que sacar conclusiones del
coche y al final decidir si ha merecido la pena.
Qué duda cabe que su tamaño es un hándicap para moverse en
el día a día de la ciudad. El volumen, una de sus ventajas en el análisis de
confort, se vuelve así en contra en el apartado de versatilidad. A ello supongo
que contribuye el exceso de celo por parte de los responsables de marcar las
plazas de aparcamiento en suelo público, preocupados más por la rentabilización
del espacio que por la realidad del parque automovilístico. Si además eres
asiduo de los viejos parkings del centro
de Madrid, ni el magnífico sistema de ayuda al aparcamiento delantero y trasero
te librará de desplegar todas tus habilidades.
Eso sí, llegado el momento de salir a carretera, llega también
el momento de disfrutar. A pesar del tamaño y peso, el A7 Sportback se
desenvuelve muy bien en carreteras secundarias sin olvidar que las inercias de casi 1.700 kilos están
ahí. La tracción delantera se convierte aquí en un aliado en manos de la mayoría
de sus conductores ya que es una tracción mucho más “madre”, perdonando algún
error de ímpetu que en el caso de la tracción trasera haría trabajar duro a las
ayudas electrónicas.
Como era de esperar, la autovía es su entorno ideal. Con una
velocidad media constante dentro de límites legales, el consumo apenas llega a
los siete litros y la sensación de devorar kilómetros sin cansancio es
abrumadora y también la tentación de aprovechar un recorrido largo para probar
la mayor parte del despliegue tecnológico que nos ofrece este modelo. Atención
a este tipo de distracciones, son más habituales de lo que deberían y suelen
responder a nuestra bonita tradición de no leer ningún manual de instrucciones
e “ir probando”. Apple ha aprendido de esta costumbre latina y ha optado… por
no incluir instrucciones en sus productos pero evidentemente, los riesgos son
distintos.
Es verdad que hay motorizaciones más agresivas, que puedes
incrementar las sensaciones pero que salvando su inevitable torpeza en la
ciudad, la versión 204 CV es capaz de ir rápido, muy rápido en cualquier
situación. Y hasta ahí puedo leer…
En línea con segmento de la marca, la personalización y
extras que ofrece la gama A7 es muy amplia y completa, incorporando avances
como el head display que si bien al principio puede parecer molesto, llega a
convertirse en un compañero silencioso al que echar un ojo en condiciones sobre
todo de baja visibilidad por climatología de manera segura. Seguro que alguna
de las opciones no dejan de ser un canto al sol pero también es verdad que nos
hemos convertido en clientes exigentes de tecnología y no solo de la que hace
más segura la conducción, también de la que se pueda mostrar.
Han sido 800 kilómetros en condiciones variables. Ciudad,
carretera secundaria, autovía, de noche, con lluvia, de día, … con estados de
ánimo también variables que han aportado estilos de conducción de lo más
variopintos, lo que ha arrojado un consumo de nueve litros de media y una
sensación poderosa y agradable de control sin renunciar en ningún momento a la
comodidad.
Ahora, a esperar que Audi quiera saber mi opinión sobre su
versión más “racing”, el 4.0 TSFI quattrro (el mito quattrro) de 420 CV yo por
si acaso voy a seguir entrenando.
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