Imagen del biopic "Rush" |
Una semana más y llegará por fin el GP de China. Veintiún
días sin mi dosis de vicio es demasiado tiempo. Se hace largo, eterno este
parón después de la espera del invierno y cuando la temporada ha arrancado con
dos carreras seguidas que nos han dejado un par de sensaciones: la primera que
Ferrari puede estar ahí, en la pelea y la segunda, la que suponía pero que el
día a día nos ocultaba, que Red Bull no es el paraíso, algo que tras unos años de tiranía, reconforta a todos
los que tenemos un alma en el interior. Eso sí, negra, muy negra.
Como diría mi madre, cuando el diablo se aburre, mata moscas
con el rabo. Y creo que desde pequeño debió de ver en mí ese casi imperceptible
punto de maldad que me acompañó en la niñez y que sin duda, creció conmigo. Lo
digo porque mientras tengo mi dosis de opio como buen miembro del populacho,
entre semana discuto sobre si son galgos o podencos, pero sin mi dosis, me sale
esa vena de sastre que no puedo evitar. Porque si lo de cortar trajes es una
afición muy nuestra, con un poco de tiempo, se convierte en una mezcla
explosiva.
La semana pasada el traje se lo dediqué al amigo Vettel.
Esta semana no sé por qué se me han cruzado los biopic, es decir, la
dramatización de la vida de un personaje para una película o mini serie de
televisión. Mientras ha sido el turno de Rocío Jurado, Isabel Pantoja, Carmina
Ordóñez o similares, me ha parecido hasta gracioso pero ahora que se ponen
sobre la mesa otros proyectos en los que están involucrados “los míos”, tengo
mis dudas.
En 1971, Steve Mc Queen rueda “Le Mans”, el particular
homenaje del actor a la mítica carrera en la que a pesar de su preparación
previa en competición, no puede participar por la exigencia de ésta. Sí son
originales muchas de las imágenes que se ven en la película ya que fueron
rodadas durante le celebración de la prueba y posteriormente completadas con
tomas específicas de rodaje. Una mezcla apasionante para los mitómanos en las
que se pretende reflejar el espíritu especial, que no mejor, de un piloto de carreras.
Problemas con accidentes reales, derechos de imagen que no
son cedidos por Ferrari cuando ésta conoce que al final de la prueba, el coche
ganador es un Porsche, accidentes protagonizados por vehículos teledirigidos,
Lolas “disfrazados” de Porsches y Ferraris, … todo para obtener como resultado
una película desastrosa en taquilla y objeto de culto para el minoritario
público apasionado que más de cuarenta años después sigue reconociendo que
trata de una historia contada para ellos por uno de los suyos. La sensación no
sería igual si Steve McQueen no llevase una mochila de buen aficionado tanto a
las motos como a los coches de carreras y él mismo no hubiese rodado escenas
arriesgadas de este tipo sin el uso de especialistas. Antes, en 1966, había sido “Grand Prix”.
Después de “Le Mans” llegaron versiones edulcoradas y taquilleras como “Driven”
de Stallone y “Días de Trueno” con Tom Cruise. Si de verdad te gustan las
carreras y tienes opción de ver alguna de estas dos últimas, mejor que dediques
ese tiempo a arreglar el trastero, tu afición te lo agradecerá.
Seguro que me salto alguna pero hasta “Senna” en el año 2011
no había vuelto a ver nada que me provocase emociones… positivas.
Ahora se sabe que Banderas, nuestro Antonio Banderas, estuvo
trabajando en el proyecto de un biopic del piloto brasileño un año después de
su muerte, en 1995, proyecto que no salió adelante. No es que me alegre pero no
sé qué sensación hubiese sentido si veía a un “chico al borde de un ataque de
nervios” o al zorro, enfundado en el mono de Magic. Creo que me salvaré de esta
experiencia. Lo que parece que no tiene vuelta atrás es “Rush”, la película
basada en la vida de Niki Lauda. Ya se han podido ver imágenes de la cinta que
se estrenará este año y cuya historia gira alrededor de la rivalidad de James
Hunt y Niki Lauda. El papel del piloto austríaco está interpretado por Daniel Brühl mientras que Chris Hemsworth
se pone en la piel del británico.
No me convence mucho que Hemsworth, después de “Blancanieves
y el cazador” o “Thor” pueda representar al ídolo de la fórmula 1 sin dejarse
en el camino parte del mito. Quizá tuviese la misma sensación si Steve McQueen
hubiese interpretado el papel de cazador en “Bambi” antes de rodar su homenaje
a Le Mans pero no ha sido así y a pesar de que los puristas del séptimo arte
seguramente consideren que la magia del cine se basa precisamente en eso, en la
adaptación a los diversos papeles yo no puedo evitar dejar de llamar magia al
espectáculo, si conozco el truco.
Para Cachuli, Julio Iglesias o Raphael, el biopic puede
valer, para los mitos de la competición, tengo mis dudas, salvo que te
apellides McQueen, te llames Steve o Rayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario