domingo, 6 de mayo de 2012

Publicidad y política

Nuestro desconocimiento genera una serie de defectos comunes, más extremos cuanto mayor es este desconocimiento. Algunos tienen la suerte de que la vida, los amigos, los buenos tutores y compañías pueden llevarlos a minimizarlos e incluso en los casos extremos a que queden como cicatrices antiguas.
Encerrarte en un exiguo mundo que apenas supera la epidermis: tu barrio, tus amigos de siempre y como mucho tu ciudad, te pueden convertir en algo "auténtico" pero pobre en cuanto a experiencias. Rechazar manjares como un buen vino, despreciar el arte, la música,... es otro síntoma de incultura. No hace falta ser bebedor de vino para darle valor, como no hace falta tener un Miguel Ángel en casa para apreciar el arte.

Para algunos de los grupos radicales suele ser mano de santo viajar, conocer gente nueva, otros puntos de vista, intentar disfrutar con lo que hace disfrutar a los demás, ... para que sus posturas, si no se flexibilizan, sí suelen al menos dar cabida a la existencia de otros puntos de vista sin considerarlos un acto de agresión.

Para mí fue importante abandonar ese mundo cómodo, cercano, accesible y empezar a viajar, al principio siempre por trabajo, para disfrutar de nuevos puntos de vista y abandonar la postura de conmigo o contra mí.

El 1991 viajé a Argentina, como digo, por motivos de trabajo. En esa ocasión, el rodaje de un vídeo fue la excusa para cruzar el charco por primera vez. En esos momentos la imagen que tenía de los argentinos no era precisamente admirable. Sin duda porque solo conocía argentinos que residían en España y por supuesto, pocos.

En aquel viaje conocí Buenos Aires, Mar del Plata, Iguazú, ... y sobre todo, conocí a los argentinos. Jamás me había sentido tan bien tratado, tan respetado y tan a gusto como en aquel entorno.
Después llegaron mis amigas de Aerolíneas Argentinas, María y María Laura, cuando la compañía aérea era de Iberia y pasaban temporadas en Madrid.

Años después María Elvira y Marcelo, mis entrañables amigos con los que compartí días inolvidables en Roma, donde les conocí, y que cruzaron el charco en el año 2.000 y conocieron Cáceres, lugar que les encantó. Desde entonces conservan conservan aquí buenos amigos.

En estas fechas no han sido sus psicoanalistas, los chistes con protagonistas de ego superlativo ni nada similar lo que les han puesto de moda de nuevo en nuestro país. Han sido las medidas populistas y populares de sus dirigentes.
El calentamiento de sus relaciones con Gran Bretaña basados en el triste recuerdo de una guerra, la de las Malvinas. Independientemente de sus razones políticas, la declaración de guerra es sin duda una muestra del sin sentido del gobierno de los países, como lo era que mientras Mario Alberto Kempes marcaba un gol que acercaba a la albiceleste a la copa del mundo, en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), los militares golpistas argentinos en el gobierno detenían ilegalmente, torturaban y asesinaban a sus compatriotas.

A pesar de sus dirigentes, mantengo un gran respeto y cariño por un país que también ayudó al nuestro aunque a veces el recuerdo nos quede lejano.

Desde el punto de vista profesional, saltaron a la fama y pusieron de moda la comunicación de su país con una obra maestra para Coca Cola:



Hoy a pesar de todo, tengo que reconocer que lo han vuelto a hacer. 

Si tengo que ponerle una pega, no sé si sentimental o técnica, es quién paga el anuncio (el anunciante). Lo demás, recoge un montón de atributos perfectos, es técnicamente bueno, la fotografía, la luz, el tono, ... La producción no habrá sido fácil puesto que se ha hecho de manera clandestina. Y lo más importante es emocional y de eso se trataba. El objetivo era generar una emoción, un sentimiento común, un espíritu de lucha aplicado al deporte. Y hacerlo así, de manera arriesgada, provocando un pellizco en el estómago, no garantiza que sea bueno. Pero no provocar esas sensaciones, sí garantiza que no lo es.

El spot está dedicado a la preparación de los deportistas con motivo de las Olimpiadas que se celebrarán este verano en Gran Bretaña y está protagonizado por un reconocido deportista argentino.




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