sábado, 27 de noviembre de 2010

Inversión en comunicación en tiempos de crisis

Hace tiempo, surgió un "gurú" en el mundo empresarial, conocido como Superlópez, que creó escuela. El vizcaíno aplicó a sus proveedores de tornillos la máxima de que siempre se puede dar una vuelta más al idem.
Fue aplaudido y vitoreado por la industria automovilística. Se lo rifaron y tras un fichaje empresarial, no exento de polémica, desgraciadamente sufrió un accidente de circulación que supuso su retirada del primer plano empresarial.

Años después y quizá sin saberlo, un montón de seguidores de su estilo pueblan los departamentos de comunicación de muchas empresas e intentan tratar la comunicación como si fuesen tornillos.
Quizá los daños que causen a sus marcas los pagarán otras generaciones profesionales.

Conocida es la fábula del propietario del burro que descubrió que éste trabajaba igual sin comer durante un día entero, a como lo había hecho el día anterior, hasta que lo mató. Quizá estos gurús no conozcan los casos reales que han sufrido marcas como Alfa Romeo, por políticas de posicionamiento y comunicación errantes.

Hace poco publicaba un breve post en facebook sobre el último caso que me llamó la atención. En un entorno en el que empresas con posibilidades de afianzar y destacar sobre las demás, por disponer de los recursos económicos adecuados, muchas de ellas están planteando negociaciones de reducción de costes de una manera que recuerda más a la extorsión que a la negociación.
La conclusión es que simplemente ni son líderes, ni lo saben ser.
Por contra, encontramos la explicación de por qué algunas sí lo son:
Dadas las dificultades reales de la situación económica actual, si fuésemos líderes del mercado, con una cuota aproximada del 80%, siendo el 15% para nuestro competidor más directo y el 5% para el total del resto de marcas. ¿Qué haríamos?
El líder, destacar de nuevo en creatividad e invertir. Y lo han vuelto a hacer, con una campaña que no da la espalda a la crisis:

 http://www.elpublicista.es/frontend/elpublicista/noticia.php?id_noticia=10173&id_seccion=35

¿No era la tentación de eliminar el gasto (inversión), y que alguien se apuntara el tanto, demasiado grande?
Si no recordamos estas cosas, no podremos explicar a las siguientes generaciones por qué nosotros hacemos agua carbonatada y Coca Cola... otra cosa.

Siempre habrá tontos que cuando señalas la luna, se quedarán mirando al dedo. Algunos tendrán la capacidad de tomar decisiones estratégicas sobre la marca.

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