Imagen panorámica de la edición 2015 de ClassicAuto ¿Te acuerdas…? |
Es la frase más escuchada, la más repetida en todos los
pequeños grupos, visitantes en parejas, madur@s nostálgicos que no pueden
borrar la sonrisa de su cara recordando tiempos no tan pretéritos, además de
disfrutar de los que sí lo son, a través de auténticas joyas del motor.
Reconozco que el primero que no pudo evitar ese pensamiento
nostálgico fui yo mismo al recordar que en ese mismo Pabellón de Cristal del
recinto ferial de la Casa
de Campo, tuve mis primeros contactos con lo que era una feria sin
“cacharitos”. Eran los años 70 y el éxito arrollador del Simo, que comenzó en
1961, había obligado a los organizadores a buscar un mayor espacio disponible para una feria, que lejos
de ser una feria informática como la mayoría podría recordar, se trataba de una
exposición abierta a los profesionales y público en general, referida al mobiliario de oficina como
“claramente” indicaba su acrónimo (Salón Informativo de
Material de Oficina). Corría
1.973 y desde entonces y hasta finales de los 80 que permaneció allí la
muestra, primero corrí con desenfreno por esos pasillos delante de mi madre
mientras mi padre trabajaba y después acumulé cientos de pegatinas y catálogos
que hoy posiblemente hubiesen dado para tener mi propio chiringuito en cualquier
mercadillo vintage.
Pero hemos venido a
hablar de setas, no de Rolex, así que vayamos a ello. Además, sería injusto
obviar que también los grupos jóvenes, incluso alguno posiblemente todavía sin
carnet, disfrutaban casi como si hubieran descubierto por primera vez que
algunas de las imágenes de su Play, están basadas en hechos reales.
Han sido tres días,
del 20 al 21 de febrero los dedicados a la ClassicAuto 2015, el
VI Salón Internacional del Vehículo Clásico de Madrid, que ha ocupado la
totalidad de las tres plantas del pabellón, además de las exposiciones
estáticas del exterior. Una feria para el friki del motor que disfruta
rebuscando entre toneladas de recambios usados que parecen recién arrancados de
cualquier desguace, que admira el cuidado de la restauración con mimo que se
transmite al levantar un capó y descubrir que hasta los detalles de
identificación del motor lucen como el primer día, como del común aficionado
que no solo admira auténticas joyas que somos incapaces siquiera de poner
precio, como si de un museo se tratara y que además disfruta de la belleza de
esas piezas que han marcado un hito en el mundo de la competición. Recordar la
vinculación de Repsol con la competición cuando todavía su imagen se parecía
más a la de Martini que a la que actualmente conocemos, la presencia visionaria
del gallego Barreiros, las monturas de nuestro 12+1 veces campeón del mundo
Angel Nieto, reconvertido en empresario de las ITV,…
La decoración "Repsol" de competición, un clásico |
Un repaso por la
historia de nuestros Seat hasta llegar a sus modelos futuristas, sin pasar por
alto su involucración en el mundo de la competición, los Lancia Delta Integrale
que tantos éxitos cosecharon para la marca y que tanta admiración levantaron en
su versión doméstica o de calle y cómo no, los Cadillac, Jeep, muscle
cars americanos, los vehículos del siglo XIX en un estado de conservación y
cuidado que yo lo querrían para sí los coches que aparcamos en nuestro garaje y
que nos llevan cada día al trabajo, es solo un breve repaso del catálogo
disponible en esta VIª edición del salón.
Ángel Nieto siempre merece un espacio destacado cuando se habla del motor en nuestro país |
Una muestra que en
su primer día me hizo disfrutar de seis horas de entretenimiento y que lejos de
mostrar un mundo distante e inalcanzable, confirma que esta afición es
accesible tanto al magnate que dispone de grandes recursos para poner una joya
en su garaje, como del aficionado medio que con una muy pequeña inversión puede
formar parte del exclusivo grupo de los amantes de los clásicos a bordo
del siempre arrollador mini o acceder al empático grupo de la gente
encantadora conduciendo un Diane 6.
Larga vida al Salón
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