Hace muchos años, cuando era un niño, tenía aficiones que aunque abandoné poco a poco, me dejaron conocimientos que he descubierto, son sabidurías. El mérito no es mío lógicamente, sino de quien me las transmitió.
Cada viernes, después del colegio, acudía en una escuela-taller de dibujo. Quizá no recuerdo muy bien la técnica, pero nunca he olvidado lo que me enseñaron sobre la firma de un trabajo.
Mi profesor, Ángel, un tipo muy especial, me dijo: "Nunca firmes un trabajo con una firma grande, hazlo siempre de una manera discreta. Si el trabajo es malo, no hace falta que grites diciendo que lo has hecho tú. En cambio, si es bueno, no te preocupes, buscarán la firma en la obra y la encontrarán".
Cuántas veces he recordado esta enseñanza.
A veces, algunos anunciantes, me pedían una campaña viral, pero realmente lo que quería era algo notorio, que fuese a mayor gloria de su producto y creo que también bastante a su persona, pero por supuesto barato, muy barato. Es que si no, no era mk viral decían.
Efectivamente, no entendían nada.
Otra vez, la actualidad nos pone al alcance un ejemplo. Coca Cola ha lanzado una campaña para algunos paises de habla hispana que está dando la vuelta al mundo.
La idea es sencilla: un poco de pesimismo actual al que darle la vuelta, una canción adaptada, niños y la magia de la marca que, como su producto físico, corresponde a una fórmula secreta que nadie conoce... o no tanto. Talento, confianza ciega en la comunicación y la inversión necesaria, ni más ni menos.
¿Quién ha dicho que es una acción cara... o barata?
Otro ejemplo de una campaña que está dando la vuelta al mundo y el público demanda, busca. ¿Tiene esto precio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario