Desde entonces han pasado muchas cosas, creación del segundo canal, el conocido inicialmente como UHF, los primeros anuncios o comerciales, la aparición de las televisiones privadas, las TDT y quién lo iba a decir, la supresión de la publicidad en este canal.
La reducción de cuota de pantalla ha ido siendo paulatino, pero constante. De una posición arrolladora en 1.990 (73,3% de cuota de pantalla) a una participación mucho más segmentada que en el 2.010 arrojó una cuota del 24%, según datos de TNS (empresa "oficial" responsable de la medición de audiencias en nuestro país).
A esta reducción de cuota de pantalla, hay que sumarle que ésta es cada vez menos. Es decir, este dato mide el tanto por ciento de gente que ve un canal, entre los que consumen televisión. Y este es el gran dilema, esta cuota total es la que se está estrechando.
Ni la tele mató a la radio, ni creo que los nuevos medios hagan desaparecer a los convencionales sino todo lo contrario. Amplificarán su efecto.
Prueba de ello es que precisamente son estos medios supuestamente amenazados los primeros que están implantando su presencia, primero en internet y luego en las redes sociales.
En 1.999 Rick Levine, Christopher Locke, Doc Searls y David Weinberger crean el "Manifiesto Cluetrain", consistente en 95 conclusiones destinadas a llamar la antención sobre las relaciones que mantienen las empresas con sus consumidores.
Su origen hay que buscarlo en la irrupción del fenómeno internet, cuando la representación de este mundo se circunscribía al entorno web.
Hoy creo que el manifiesto está más en vigor que nunca y que las redes sociales no son un fenómeno, ni de minorías, ni pasajero.
http://tremendo.com/cluetrain/
Debemos poner en valor el poder de nuestros consumidores. En un mundo convulso donde las dictaduras más arraigadas están cayendo con una facilidad inimaginable hace pocos años, es el momento de reflexionar sobre la posibilidad de que estas corrientes se fijen otros objetivos, hartos de financiar estructuras de producción y/o comercialización en la que no se les escucha.
Cuando esta corriente comience, proponer reformas será inútil, será tarde.
Otros han seguido esta secuencia y vuelan ya hacia el exilio.