Portada "Todo lo que era sólido"
Tras su "Ventanas de Manhattan" (2004) me apetecía repetir con Antonio Muñoz Molina, un jienense con el que comparto muchos de los detalles que desribe en su obra neoyorkina por lo que me picaba la curiosidad leer su visión crítica del que había vuelto a Madrid, en plena crisis financiera para escribir su "Todo lo que era sólido" (2013).
Y como un miembro más de los elegidos que han traspasado la línea de los que no tienen que agradecer su nómina a unos intereses políticos, empresariales o sociales, repasa la realidad de una España arrasada por una borrachera de políticos corruptos en el peor de los casos e incapaces en la mejor de las lecturas; una legión de asesores que deben su sustento y han hecho del peloteo y de la prolongacion de la ineptitud de sus asesorados una forma de vida; de unos medios de comunicación cuya débil estructura económica obliga a ejercer de manera laxa su labor de control, de unos empresarios más especializados en la especulación que el desarrollo de auténticas estructuras empresariales,...
No gustará todo a todos porque es muy difícil que alguien con un mínimo de autocrítica no sea capaz de reconocer su mayor o menor contribución al desastre que nos tocó vivir por dejar nuestros designios en manos de políticos incapaces aupados por ciudadanos engañados y aplaudidos por una corte de aprovechados y beneficiados que desgraciadamente siguen al acecho y regresan a primer plano a la mínima oportunidad. Escrito y publicado mucho antes de la pandemia que nos ha tocado vivir, muchas de las actitudes descritas podemos verlas repetidas en una actualidad que no solamente pasa factura económica; que ha pasado una factura en coste de vidas cuyo precio no hemos acabado de pagar. Repasemos la nómina de los y las protagonistas de la primera criss, la económica; la mayoría de ellos y ellas han vuelto a ejercer su profesión de asesores y asesoras aduladoras, de los medios de comunicación al dictado de estos mismos, una nómina repleta de hooligans que copa desde las empresas estatales, los medios de comunicación, los gabinetes de cualquiera de los miles de representantes públicos con derecho a manejar presupuestos millonarios sin haber superado una formación básica,.... Solo puede presagiar otro desastre del que alguien escribirá en los próximos años. |